lunes, 8 de marzo de 2010

Anuario propio: a mis amigos freaks

¿Alguna vez has sentido que te falta un pedacito de tu vida? Bueno, sea cual sea tu respuesta, a mi entendimiento, siempre es un sí.

Hace algunos días estuve recordando anécdotas curiosas de mi etapa como estudiante de secundaria y preparatoria. Aquellos días no tan lejanos que me marcaron y me enseñaron divertidas y crudas cosas.
Hace ya 7 años, conocí a las amistades más certeras y grandes que alguien puede tener. Están en mi memoria como si hubiese sido ayer. Tan fresco, que es hasta gracioso verlo así.
Era un Lunes de Agosto, un primer día de clases como muchos otros. Estaba sin hablarle a nadie, a pesar de conocer a algunos de los estudiantes. Emocionada por ver a tante gente dentro del salón. Mi primera charla fue con una pequeña y dulce jovencita, que al igual que yo, estaba sola en esa inmensa escuela de monjas. Casi de inmediato nos hicimos amigas. Fabiola.

No puedo describir lo extraña que me sentía al ser nueva en una escuela tan grande. Veía a todos lados sin saber a donde ir, y pensar que después de un tiempo la escuela me parecía tan pequeña y sofocante.


Tengo muy presente casi todo lo que viví en la secundaria, desde los primeros meses hasta los últimos días que estuve ahí. Los viajes, juegos, chistes, castigos, tareas, profesores y más que nada a mis amigos. Sí, mis amigos de verdad y los que creí que eran de verdad.

Podría contarles las mil aventuras que pasamos juntos, sin embargo, sería quemar los cartuchos cargados de memorias que incluyen a personas que no merecen ser mencionadas, aunque me limitaré a compartirles a los únicos seres importantes que deben ser llamados amigos.


Llevaba taller de dibujo, ahí conocí a otra chica que me marcó para siempre. Tania. Simple y carismática, de aquellas personas que siempre te apoyan o jalan las orejas si lo necesitas. Una de mis más grandes amistades. Una verdadera mujer luchona, de las que no se dejan vencer por nada ni nadie. Con ella pasé 3 años de mi vida, sonriendo y llorando.
Dentro del mismo taller conocí a dos jóvenes excepcionales, cada uno a su manera. Rodrigo y Erick. El primero, un pequeño sabio, apasionado por la buena música; el segundo, un divertido y ocurrente niño, apasionado por casi todo. Ambos entusiastas y amables.
Recuerdo la exposición final de cursos, todas nuestras semi-maravillosas-auténticas-intentos de obras arte se encontraban juntas. Dibujos asimétricos en escala de grises: rostros, frutas, plantas, animales. Era un reunión en la Casa del Faldón, "que bonito está todo" pensé, eran algo tan ingenuo. Casi todos los presentes ahí eran familiares y maestros, como era de esperarse (porque siempre pasa), nosotros, pequeños ilustres, nos salimos de la exposición a jugar con una lata de refresco al futbol. Sí, nuestros impecables uniformes terminaron que se rebanaban de mugre y en la clausura del evento tuvimos que ponernos hasta atrás de la fila. No salimos en la bendita foto del recuerdo.

Gracias a ellos conocí a otra jovencita, a la que bien podría catalogar como una de mis mejores amigas, Liliana. Responsable y alegre. Una chica crítica de las personas cerradas, amante del reggae, inteligentísima y distraída a la vez. Anormal por sobre todas las cosas, al igual que cualquiera que se llevara bien con ella (YUPI! para mis amigos y yo: somos anormales). Con esta inigualable chica comencé mi amistad gracias a un balonazo (sí, desde entonces me daban balonazos), jugábamos voleyball cuando de pronto el esférico golpeó mi rostro (gracias Lilianita!),

-¡Lo siento! ¿Estás bien? Juro que no fue a propósito-
me dijo.
-No te preocupes, ni me dolió...- contesté mientras escondía en mi pecho un fuerte "sniiff".

Tantos bellos recuerdos, tan bellos como otra chica especial en mi vida. Anyuli. An-yu-li ¿Extraño nombre no lo creen? Imaginativa, colorida, simpática, con neuronas desconectadas de vez en vez. Un dulcecito empalagoso que cualquiera quisiera tener. Por ella conocí a Florentina. Cariñosa y tierna. Sensible y vanidosa, amante empedernida y seria/cruda consejera. Traviesa amante de la moda.
Junto a ellas descubrí lo resistente, amplio y divertido que puede llegar a ser un condón; aprendí a usar mis atributos de mujercita para atraer a los chicos mayores; disfruté de las más estúpidas, excéntricas y novedosas "venganzas". Nunca saldrá de mi memoria nuestra etapa de odio a los hombres-podríamos ser lesbianas que aguantamos todas. Gracias a ellas soy una buena decoradora de interiores. Nosotras, siempre tan inocentes.

-Anyuli...¿se conectan tus neuronas?- pregunté burlonamente después de un examen.
-Eeeh.. ¿eh?-
contestó la pequeña Anyuli.
-Jajaja ¡no se le conectan!- hizo burla Liliana.
-Aaassh, claro que sí.- replicó Anyuli.
-Bueno, quedará en duda-
le aclaré a Liliana.
-A ver Majo, ¿tus hormonas se conectan?- preguntó incrédula Anyuli.
-Anyu, eran neuronas...- informamos Liliana y yo.
-Por eso decía que si tus neuronas se conectaban- corrigió Anyuli.
-Wey, no mames, si estás bien wey.- dijo Florentina.

Aprendimos juntos. Recuerdo un viaje en especial, uno importante y nada más. Un retiro por parte del colegio, en el cuál crecimos como personas. No precisamente por ser un retiro, sino, por lo que vivimos en él. Ninguna discusión, por fuerte que sea, ha logrado separar ésta extraña relación.

Al pasar a la preparatoria algunos de ellos me acompañaron, quedamos separados, en salones distintos. Conocimos personitas nuevas. Por mi parte puedo hablarles de Mauricio, Liliana C. y Emmanuel. Estos tres chicos, completamente distintos entre sí. Liliana C. es una niña dulce y simpática, con la que siempre me divertí haciendo cosas bobas, platicando de cualquier tema; al igual que mi Taquito, Mauricio, hacíamos boberías y hablábamos con confianza, casi siempre riendo de simplezas; Emmanuel, un chico divertido y accesible, siempre rodeado por sus amigos, algo fresa, pero agradable, otro seguidor de los Gallos. Los miembros del salón 1.1, dentro de los cuáles, por cierto, estaba Fabiola, mi amiga desde primero de secundaria y con quien pasé, sentándome a su lado y platicando, todo ese semestre.

El primer día de clases de la preparatoria fue distinto. Esta vez no estaba sola, había mucha gente conocida y allegada. Liliana, Anyuli, Flor y Erick estaban regados en los demás salones. Ese primer día recibimos a Sarahet. Sarita; siempre tierna, responsable, amigable, divertida, extremadamente distraída y amable. Simplemente la mejor candidata a llevarse con nosotros. Tan parecida a nuestro grupo, que los parámetros de normalidad tampoco cubrían su perfil.
Pasaron los semestres y estuvimos juntas. Siempre.

-Sarita... ¿ya viste que hay una calle que te describe?- inquirí.
-No, ¿cuál?- contestó Sara de forma inocente.
-Aaah, pues "Zara-goza"- le dije en tono burlón.
-¡Ay, que fea eres!- replicó Sara enseñándome la lengua.
-Pues, no es mi culpa. Mira, están: Zaragoza con Ignacio Pérez, Zaragoza esquina con Ezequiel Montes, Zaragoza con Tecnólogico, Zaragoza con Ejército Republicano, Zaragoza con Industrialización, Zaragoza con Los Arcos, Zaragoza con la Federal 57, Zaragoza con Ocampo, Zaragoza con Juárez, Zaragoza con Allende, Zaragoza con Guerrero...- cité las calles.
-Jajajajaja- rió Sara de las ocurrencias mencionadas.

Y cómo dejar de lado a mi "amanta", Ximena. Increíblemente dulce, centrada, inteligente, responsable y amable. Siempre con una sonrisa en su rostro. La mejor consejera que puedieras encontrar. Dispuesta a todo con sus amigos, graciosa e inigualable.

-Amanta, ¿por qué eres emo?- decía Xime.
-No soy emo... ¿por qué me dices emo?- preguntaba yo.
-No'más, es que yo digo que eres emo.- me contestaba con tono dulce.
-Pero yo no soy emo, tú eres emo.- le reprochaba.
-Bueno, pero así de emo te quiero amanta- me aclaraba.
-¡Ok!- quedaba conforme por un sengundo-...pero no soy emo.

Mauricio, al estar con nosotros un semestre, introdujo dentro del grupo a dos jóvenes más: Sieber y Alfredo. Ambos divertidos, con alma de niños juguetones y alegres. Cierto grado de irresponsabilidad e inocencia en sus rostros. Sólo en los rostros. Nunca olvidaré nuestra expresión cuando nos dijeron el nombre de Stefan Sieber:

-¿Realmente te llamas Ciber? ¿Cómo ciber café?- preguntábamos incrédulas.
-Sí, me llamo Sieber, pero no como ciber café...- contestó.

Dentro de una clase de inglés estaban 4 pequeños aburridos e inocentes estudiantes:
-A ver chicas, supongamos que estan en un camión y éste de pronto queda atrapado en una erupción volcánica y tienen alrededor de 10 minutos de vida, ésta se última oportunidad para satisfacer sus necesidades y tienen 3 candidatos. Opción 1, el balón Wilson con gonorrea; opción 2, changoleón; opción 3, Pamela Anderson con chancro blanco. ¿Cuál eligen?-
planteó Mauricio.
-No cuenta el suicidio, ¿verdad?-preguntó Anyuli.
-Pues, con el balón Wilson... al fin ya me voy a morir-dijo Liliana.
-Jajaja, ¿se puede con el poste del autobús?- quise saber.
-Jajajajajaja...-se reía Mau.


Ellos se convirtieron en nuestros acompañantes de... prácticamente todo. Erick, por otro lado, nos presentó a César, Pepe y Santiago. Los dos primeros, se volvieron parte importante de nuestra preparatoria. Todos ellos, eran nuestros niños. Los quisimos (aún) tanto que llegamos a pelear por ellos:

-Sara ¿acaso estás abrazando a mí Pepe?- decía con seriedad Anyuli.
-¿Tú Pepe? Dirás mí Pepe...- contestaba Sarahet.
-Están locas, es mío.- refutaba Liliana.
-Jajaja, ya Pepe, diles que me quieres a mí.- mencionaba yo en voz baja.
-Sshh, es secreto.- se dirigía Pepe a todas.

Poco, muy poco, después conocimos a Juan Pedro. Un muchacho deportista, sabio por completo. Inteligentísimo. Presumido, amable con quien quería. De la misma manera en que Sarahet se adoptó (pues es la forma en como lo considero), fue como él lo hizo. Las pláticas más "constructivas" de esa etapa las pasamos con él. Desde las bobaliconas ideas hasta "perdímidignidad".

Tampoco podría olvidar a Pamela, Estefanía y Kathia, a las tres las conocí (a fondo) en quinto semestre. Hicimos y deshicimos cientos de travesuras. Ocurrentes, mensitas y sumamente divertidas. Todas las clases eran una fiesta, reír a carcajadas hasta que te sacaran del salón, burlarse de uno que otro maestro e inventar cositas nuevas. Junto a ellas contruí la torre Einfiel, una campaña presidencial con un pequeño Domo, descubrí lo rico que es el sushi, le dimos palabras de aliento a los Gallos Blancos.

Saliendo del cine en una concurrida plaza, notamos que la gente comenzaba a juntarse y formarse en el camino a la salida.
-¿Qué habrá?-
nos preguntamos.
-No sé, vamos a checar- resolvió Pamela.
-¡Aaah, están firmando balones y playeras los Gallos!- nos dijo Fany.
-No mames, yo quiero verlos.- contesté.
Nos paramos enfrente de la fila, nos colamos y logramos llegar al frente de la zona "acordonada" y veíamos a los jugadores de forma inocente.
-Ya sé, pásenme sus agendas-
dijo Pamela-¡Hey, Romo! ¿nos firmas?
-Sí, claro, pásenme las libretas-
nos contestó el papasito, digo, astro del futbol.
-Agárrenme niñas- nos decía mientras se abalanzaba en la fila
Ese día obtuvimos las firmas de los jugadores, salimos haciendo la gran hazaña en la televisión (pues estaban grabando el evento), nos pegamos, nos tortearon, nos fotografiaron e hicimos mil pendejadas más.

A pesar de que estoy orgullosa de todos mis amigos, de haberlos conocido, pienso que somos unos malditos extraños, anormales. Los más raros que puedas encontrar. Abiertos, simples y criticones. Críticos, perdón.
Personas con las que no deberías juntarte si no quieres ver la realidad. No aptos para los que piensan que la amistad es sólo divertirse y escuchar los comentarios que quisieran oír. Somos únicos y especiales. Groseros y con los pies en la tierra.
Somos los raritos que hace el cielo y el infierno junta. O cómo sea que lo quieras ver.
Me resta decir, que la verdadera amistad es ésto. Lo que tenemos. Algo rarísimo que me ata a ellos y que se lleva pedacitos de mi vida. Misma que sin ellos desaparecería. Son los dueños de miles de sonrisas y otros sentimientos. Son los dueños de millones de cachitos en segundos que he pasado con ellos.



.♥. chicle

P.D.1: Mis queridos amigos... LOS AMO! Son parte fundamental de mí.
P.D.2: Aunque no mencioné a varios también los amo! jaja: Tania, Liliana, Sara, Anyu, Ximena, Erick, César, Pepe, Mau, Stefan, Alfredo, Rodrigo, Emmanuel, Liliana C., Pame, Fany, Kathia, Goyeneche, Bortolini, América, Naye, Javier, Fabiola, Karla, Mónica, Jaime, etc!!